miércoles, 11 de agosto de 2010

¡Sorpresa! Celebrando la boda de David y Susanna.

-Nota: las fotos y videos de este post y todos los relacionados con lo vivido este fin de semana, es una mezcla de los tomados por Mèrce, Curro y yo-

Mientras íbamos caminando para ponernos frente a la puerta de ellos, íbamos debatiendo sobre qué hacer para que salieran los dos a la vez a la puerta, Patxi sugirió mandarles un sms diciendo que había tenido un accidente en la puerta, pero al final no cuajó la idea. ¡En fin! Que decidimos dejarlo en que nos pondríamos todos frente a la puerta, vestidos de blanco, con la gorra del SG (excepción Santi que iba a hacer luego de cura y Patxi que por darnos gorra a todos se quedó él sin una y se puso del Barça), la invitación en la mano y a cualquiera de los dos que saliera a abrir la puerta, le gritaríamos el “’¡sorpresa!” y claro, el otro se daría cuenta de que algo pasaba, pero bueno, no se nos ocurría nada mejor.

Colocándonos frente a la puerta cual grupo góspel estábamos, Curro buscando ángulo para poder grabar tanto al grupo como a quien saliera a la puerta, cuando… ¡la sorpresa también nos la llevamos nosotros! David y Susanna habían decidido sacar juntos a pasear a sus perras y justo venían de regreso cuando vieron al grupo vestido de blanco frente a su puerta. Ya no recuerdo quién fue del grupo quien se dio cuenta de que venían del otro lado y nos dijo a todos… que menos mal reaccionamos rápido y nos pusimos viendo hacia donde venían y aunque a destiempo, pero gritamos el sorpresa que teníamos preparados.

Las caras de David y Susanna desde el momento que nos vieron hasta que sin que les dijéramos nada se fueron dando cuenta de que no se trataba de un grupo góspel sino de nosotros y que la que estábamos liando era por y para ellos, fueron ¡de poema!



Luego con los saludos, la entrega de sus invitaciones y mi sentencia de “y esto sólo acaba de empezar”, sus caras casi llegaron al matiz de temor, pero no, somos buenas personas y las épocas de adolescentes descerebrados queriendo hacer pagar a los pobres novios por dar envidia al resto con su felicidad, quedaron ya muy lejos, así que nos portamos bien… ¡o eso creo yo! ¡Vamos! Jejejeje.

Aprovechamos a tomarnos la foto de grupo en un puentecito muy cerca de casa de ellos.

Pasamos a su casa y otra nueva agradable sorpresa que nos tenían: se habían tomado la molestia de poner rótulos en castellano y catalán, en la cocina, para que supiéramos dónde estaba e iba todo.



Y bueno, con todo y las advertencias, ellos estaban muy relajaditos pensando que nada, que ya nos dedicaríamos a jugar el torneo… pero… ¡estaban taaaaannn equivocados! :D

(Continuará).

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