martes, 5 de marzo de 2013

Tambores en el parque del Retiro. Fotos sueltas.

Yo sé, en la foto se ven muchas cosas... ¡menos los tambores! :P Pasa que a los de los tambores los tapaba la gente, la foto la tomé hace ya varios años en una situación que pasó de forma espontánea.

Hubo grupos de gente a los que les gustaba tocar los tambores y se iban al Retiro a tocar. Su música era bastante alegre y se oía a mucha distancia, así que mucha gente se acercaba a verlos tocar, a bailar, a hacer malabarismos, en total: a divertirse.

Solía ser los viernes, sábados y domingos a eso de las 6 de la tarde cuando empezaban y duraba hasta que el sol se despedía de Madrid por ese día, el punto de encuentro: el monumento a Alfonso XII.

La convivencia de los músicos y sus espectadores era de lo más pacífica. Había, sí, gente tomando cerveza y otros fumando marihuana, pero cada quien a lo suyo, sin meterse nadie con nadie. Yo fui muchas veces y jamás se me acercó nadie a ofrecerme maría. Tampoco sé si yo la hubiera estado buscando, si me habría sido fácil conseguir allí, quiero decir, aunque había gente fumando marihuana, no es que fuera un punto de venta en sí.

Con todo, en octubre del 2009 el entonces alcalde, Ruiz-Gallardón, decidió que aquella fiesta a la vida era contaminación acústica y como tiene que haber de todo en este mundo, hubo gente que aplaudió la decisión de prohibir los tambores en el Retiro, aduciendo que el "ruido" de los mismos impedía el disfrute del canto de las aves y la tranquilidad del lugar, otros incluso llegaron a decir que es que los tambores no pegaban con las otras actividades del parque.

Yo no lo terminé de entender. Mi experiencia es la que he contado: era una fiesta de tambores y gente bailando y divirtiéndose. Había gente fumando maría, sí, como también la hay en cualquier concierto a puerta abierta o cerrada a los que he ido en Europa. Posiblemente se vendían drogas aunque a mí no me consta, pero si es que cualquiera sabe que en el Retiro se venden drogas da igual si hay o no tambores. Tampoco era una actividad constante y diaria como para interrumpir o afectar a otras actividades que se hicieran en el Retiro puesto que era sólo viernes, sábado y domingo.

Yo es que incluso llevaba a gente a disfrutar de esa fiesta cuando venían sin conocer Madrid, como otra parte turística más de la que gozar y a todo el que llevé le encantó y aseguro que ni mi gente ni yo somos de drogas.

Así que desconozco las causas reales de la prohibición y extraño de verdad esa gratuita fiesta en la que cada quien disfrutaba como quería y sin lugar a dudas era una buena forma de recargar pilas para empezar una nueva semana. Por eso quería compartir contigo este recuerdo.