Aquí unos videos del camino para que veas a lo que me refiero:
Este es en el camino de vuelta, pero es que se aprecia mejor lo escarpado del camino:
Al llegar a la catarata Ericka (nuestra guía), nos explicó que puesto que el suelo del camino por el que íbamos a pasar era todo de roca, teníamos que tener cuidado con lo que lleváramos en los pies. En general las suelas de nuestros zapatos no cumplían de nada los requisitos para garantizarnos un recorrido sin preocupaciones, así que nos sugirió que fuéramos con calcetas o calcetines, quienes los tuviéramos o incluso descalzos era mejor que con los zapatos inadecuados. Yo me quedé con calcetas (de haberlo sabido, ¡habría llevado unas de un color más disimulado!, en todo caso ¡menos mal que eran sólo de pies!). Curro sin embargo, decidió ir con zapatos (sí, de esos con la suela no recomendada por Ericka).
Don Julio, un señor Pemón que nos fue acompañando en toda la excursión, llevaba una bolsa de plástico bastante grande para que le dejáramos las posesiones que no quisiéramos que se mojaran, incluidas ropa y cámaras. En esto fue muy categórica Ericka, nos mojaríamos bastante así que ni hablar de llevar las cámaras porque seguramente se arruinarían… ¡pero! ¡Sucede, acontece y se relata que ese punto yo lo tenía previsto! :D ¡Llevaba la cámara Kodak desechable que toma fotos bajo el agua! La verdad es que parecerá una tontería, pero por lo que he podido comprobar en youtube, no es algo que sea frecuente, igual el tema es que cuando contratas esta excursión en la agencia de viajes a nadie se le ocurre sugerir la idea. De hecho nosotros teníamos esta cámara por lo del nado con delfines, que luego no nos dejaron sacar fotos, pero nos vino de maravilla con el paseo bajo la catarata. Por otro lado, nos hemos mal acostumbrado de tal forma a las cámaras digitales y a tomar todas las fotos que queramos casi, casi sin límites, que volver a tener un límite de fotos en la cámara fue un poco triste… en especial que no lo tomamos en cuenta y tomamos muchas fotos al inicio del recorrido y luego tuvimos que ir con cuentagotas al final.
Recomendación al, respecto de la cámara: este es el tipo de actividades que, salvo que vivas cerca de un lugar como Canaima, no es que sean cosa de todos los días. Si valoras mucho el tener el recuerdo de la experiencia en fotos, has decidido llevar una cámara desechable para fotos bajo el agua y no quieres llevarte malas sorpresas, entonces es mejor que lleves varias cámaras y además hagas varias fotos de las cosas que más te interesan. Los mismos de Kodak dicen “Las fotografías en el agua son impredecibles, así que haga más fotos para que aumenten las posibilidades de conseguir las que desea.” Fuente: Kodak.com Nosotros en realidad tuvimos mucha suerte, todas las fotos salieron bien, aunque de haber podido usar la cámara digital, habría repetido varias. Por otro lado, la calidad no es excelente. De verdad no sé si esto depende del tipo de cámara, en principio la que compramos está dentro de las mejores (no, jejejeje, no fue que la escogiéramos en realidad, sino que ¡fue la única que encontramos!). Como sea, por mi experiencia la recomiendo, es esta:
Iniciamos entonces el recorrido por detrás de la caída del Salto del Hacha. ¡Yo estaba muy emocionada! Bueno, vale, lo estábamos todos. :D No sé si lo he comentado antes en algún otro post, pero tengo la costumbre de ir o lo más cerca posible del/a guía o hasta adelante del grupo… ¡y no sé por qué tengo la suerte de que normalmente mis acompañantes se quedan atrás! Pero esta vez intenté ir al menos cerca de Rosa y Esther, aunque no siempre.
Lo primero que hicimos fue pasar casi todos bajo un chorrito tal cual si estuviéramos en un SPA :D De hecho lo comenté con un par de alemanas que estaban conmigo cuando pasé yo, les dije “buen masaje, ¿eh?” y una de ellas me respondió “sí y ¡gratis!” a lo que yo pensé “hombre, gratis, lo que se dice gratis, no, que esta excursión costó lo suyo” pero me lo dejé para mis adentros, ¡no era plan de arruinarles el recorrido que recién estábamos empezando!
Seguimos el recorrido y de verdad que era una maravilla. ¡Se sentía tal fuerza! ¡Tal vitalidad! De lo que vi y escuché, esta sensación era compartida al menos por la mayoría del grupo. Me acerqué a Rosa justo cuando se puso a gritar a pleno pulmón, como parte de la emoción del momento… y… ¡me le uní! Jejejeje sí, ¡los alemanes debieron flipar! ;P
La pared de la montaña que estaba detrás de la caída de agua, era básicamente todo roca con algo de musgo, la roca, tipo pizarra, estaba puesta como si hubieran sido varias láminas de pizarra que alguien hubiera dejado caer sin mucho cuidado, con lo que habían varios salientes, había que tener cuidado por todos lados: por los pies para no resbalarte, aunque en realidad el truco de las calcetas recomendado por Ericka funcionó de maravilla, aún así había que tener cuidado dónde pisabas; cuidado de no golpearte la cabeza y cuidado de dónde sujetarte cuando era necesario. No quiero dar una sensación de agobio ni similares, es que de pronto me separé un poco de Curro, Rosa y Esther. Yo estaba flipando con la experiencia e iba a mi bola. De pronto los veo y ¡Curro estilaba sangre por la cara! ¡Se había dado en la cabeza con un saliente de roca! Por el tipo de roca que es, esos salientes son afilados. ¡Me pegué tal susto! Es que en realidad, no era el lugar apropiado para un accidente. Yo en cuestión de segundos repasé en mi mente cómo podríamos sacarlo de allí si perdía el sentido o lo que fuera que le impidiera salir de allí con su propio pie. Inmediatamente fui con Ericka solicitando ayuda, pero fue clara en que allí mismo no contábamos con los medios necesarios para hacerle alguna curación. Varias personas, incluso uno de los alemanes, le revisaron la cabeza a Curro y todos coincidieron que en realidad era un corte muy pequeño y muy superficial, pero que por el lugar donde estaba, la sangre salía de forma escandalosa. Como quiera que fuere, yo me asusté mucho, ¡es que impresiona ver a tremendo hombre sangrando de esa forma! Encima, como no aceptó quitarse los zapatos (aunque se resbalaba a cada rato), en una de esas se dio un buen resbalón y ¡nuevamente me vi esperando a un helicóptero que lo sacara de allí! Pero en realidad no fue para tanto. Al finalizar el recorrido, llegué a la conclusión que era todo tan bucólico y romántico, que no lo soportó y decidió poner su “toque currezco” ;P
Ericka nos contó que fue en este salto donde se filmó esta parte de la película “El último Mohicano”:
Al llegar al otro extremo de la catarata había un espacio donde pudimos sacar las cámaras sin el peligro de que se mojaran (aunque había que tener cuidado igualmente). Aquí el video con los resultados:
Fue una verdadera pena tener que irse de allí, yo iba con una mezcla de vitalidad y paz interior que es una mezcla muy extraña ¡pero que se sentía fenomenal! :D
(Continuará)
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