Luego del paseo, que en realidad fue corto, como mucho unos 20 minutos, llegamos al lado opuesto de la isla (el opuesto respecto al lago Canaima), donde estaba el río Carrao. Allí Ericka nos invitó a darnos un baño. Por el color que le da el tanino al agua de la región, ¡parecía como darse un baño en un río de té! :D¡El agua estaba deliciosa! Pasa que los europeos, acostumbrados a temperaturas frías de las aguas no importa si es verano, no siempre les gusta cuando el agua está fría pero sin helar ;P ¡Yo la disfruté muchísimo! De hecho mi problema es al revés: como fuera agua muy fría, ¡no podría meterme ni de broma!
Aquí unas imágenes de nuestra experiencia en las aguas del río Carrao:
(Continuará).
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