jueves, 8 de diciembre de 2011

La terraza del Gran Hotel Ciudad de México.

Llegué a México D. F. el sábado 19 de noviembre. Tuve mucha suerte porque en principio tenía que hacer escala en Atlanta, pero el avión tuvo una avería y no sabían cuánto tiempo les llevaría componerlo. Les resultó más fácil reacomodarme en un vuelo directo con Aeroméxico, cosa que me vino genial. Para empezar porque, al menos en los vuelos que me tocaron a mí, está mucho mejor el servicio en clase turista con Aeroméxico que con Delta, en esto incluyo la comida y el entretenimiento, que en Aeroméxico te dan una de esas teles por persona donde tienes películas, series, música, juegos y documentales... mientras que con Delta lo que tienen son televisiones colocadas en los pasillos, así que no puedes ni escoger la película. El único problema del cambio de vuelo fue que, a pesar de que el avión de Aeroméxico estaba a sólo 3 puertas del de Delta, me hicieron salir del aeropuerto, recoger la maleta, volvera a facturar, volver a entrar (pasando de nuevo el control de seguridad, por supuesto) y todo con la lengua de corbata porque quedaban sólo 20 minutos para que saliera el vuelo de Aeroméxico. Por si fuera poco, estaban con obras en la terminal así que en vez de entrar directamente a la sección A de la T1 de Barajas, había que entrar por la C y dar toda la vuelta internamente para llegar a la A. Pero bueno, llegué 3 horas antes al D. F. en un vuelo directo y con entretenimiento de calidad en el avión, así que valió la pena.

El equipo de organización del mundial se esmeró, como he dicho ya en otros posts, hasta el más mínimo detalle, incluyendo el irnos a recoger al aeropuerto, sin costo para los jugadores. Por las horas de los vuelos, en el aeropuerto coincidí con una buena parte de la delegación argentina: Claudia Amaral, Carmen Vallecillo, Héctor Olmos y su pareja, Graciela González y Susana Ramírez. ¡Quién me iba a decir que en adelante serían parte de mis mejores compañeros de mundial! :)

Llegamos al hotel, alucinamos al unísono con la belleza de su vitral y la majestuosidad de su recepción. Cada quien hizo check in y dejó maletas en su respectiva habitación. A todo esto ya era tarde y había hambre, así que las chicas del grupo nos juntamos en la terraza del hotel que nos enamoró con su excepcional vista del Zócalo.




2 comentarios:

  1. Alucinante vista. Sin palabras. Es uno de los mejores hoteles en mexico df que hay. Difícil encontrar una vista panorámica mejor que esto en todo el país, sinceramente me conmovio

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