viernes, 30 de julio de 2010

¡Descocándonos en Ilusiona Xanadú!

Luego de haber intentado ver la copa del mundo, llegamos a casa a picar cebolla y tomate a tutiplén. Habíamos quedado con Curro que él llegaría a casa sobre las 3 para irnos a comer a Almenara de Catalucia, que queríamos enseñarle el lugar a Pochola. En realidad también queríamos enseñárselo a Edu y Marta, mis cuñados, con lo que el plan original era ir a cenar pero ellos no podrían llegar de Burgos antes de las 10 de la noche y tomando en cuenta que nos lleva 45 minutos llegar a Almenara desde casa y que ellos tienen a Mateo, un bebé precioso de 1 añito, no era plan desvelarlos para la cena, así que decidimos mejor ir a comer.

El lugar, la comida, la atención de Ana María y Stefan, y la naturalidad de Willy, encantaron a Pochola. La verdad que yo sigo quedando maravillada de la relación cantidad – calidad – precio de los arroces.

Casi al terminar la comida se nos unió Juan. Ya que estábamos por allí queríamos ir al Xanadú, a que lo conociera Pochola y aprovechar a jugar un poco en Ilusiona.

Pasó que Sil tenía que dar una clase cerca de casa (está dando clases particulares de inglés en vacaciones) y no contábamos con que el tiempo se nos iba a echar encima (lo típico, que si en vez de salir a las 3 de casa salimos a las 3.30, que si luego se nos olvidó que la comida en Almenara lleva su tiempo de preparación y que aquello está bastante lejos de cualquier cercanías o estación de metro, así que al final quedamos en que ellos 3 se adelantaban a Xanadú a enseñarle a Pochola un poco el lugar, mientras yo llevaba a Sil a donde tenía que dar la clase y luego me reuniría de nuevo con ellos.

Luego de dejar a Sil, pasé a casa, que como de costumbre, había comprado algo de comida para llevar a casa y aproveché que lo de Sil era muy cerca para llevarla y guardarla en la nevera, que con el calor que había no era plan dejarla en el coche. ¡Menos mal! Porque llegando a casa estaba cuando me llama Sil… que la persona a la que le iba a dar la clase no iba a poder ese día y que estaba libre, así que se iba de nuevo conmigo para ir al Xanadú…. Y bueno, no me quejo, conduje hora y media por gusto, pero por el otro lado dejé la comida en la nevera, cogí un par de cds para el camino y Sil nos pudo acompañar.

Cuando llegamos a Ilusiona, ellos ya llevaban 3 partidas jugadas… ¡con sus respectivas cervezas! :D Así que nada, nos unimos y ratifiqué que el tiempo no pasa en vano y que las cosas si no las practicas se van perdiendo. Nunca fui excelente jugando a los bolos, pero me defendía… ¡esta vez es que ni eso! ¡Eso sí! ¡Nos reímos mucho! :D



Al terminar, ellos jugaron al hockey sobre mesa, Pochola contra Juan y Sil contra Curro. A mí me encanta, pero es que el brazo no me quedó con ganas de mucho más luego de los bolos (una mala tirada que hice).

A lo que sí reté a Sil fue a una maquinita que va de “bailar”… aunque yo en realidad diría de mover los pies, que no, no es lo mismo que bailar, para nada.



Por cierto, ganó Sil. :D
Ya era casi media noche y en casa aún nos esperaba bastante por hacer, así que nos despedimos de Juan y nos fuimos a seguir picando, exprimiendo y machacando. :D

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