Como ya comenté en el post anterior, no siempre vuelas el día que se ha fijado. Nos pasó que habíamos fijado un día en febrero, Antonio de Airland nos hizo el favor de recogernos en casa a las 6 de la mañana, la idea es despegar casi, casi al amanecer.
Los días anteriores e incluso la noche anterior, estuvimos revisando la previsión del clima en Segovia y es curioso cómo webs diferentes te dan previsiones totalmente diferentes... :/ Como fuera, en yahoo vimos que se preveía neblina, pero en todos los demás no, el viaje lo haríamos con Javier de Airland como piloto y él nos confirmó la noche anterior que su fuente (no nos dijo cuál era), que era bastante fiable, preveía buen día. Así que nos fuimos... pero al llegar había mucha neblina. Esperamos ya no recuerdo cuánto tiempo pero por lo menos una hora, tomando un café cerca del lugar de despegue, pero aquello no tenía pinta de mejorar, con lo que nos regresamos a casita.
Pasaron varios meses y no conseguiamos encontrar una fecha donde se combinaran bien nuestra disponibilidad y la de Airland... ¡hasta el 26 de septiembre del 2010! :D Ciertamente no veríamos Segovia nevada, pero tampoco nos tocaría ir super abrigados.
Esta vez fuimos en coche, que nos lo dejaron Edu y Marta que se fueron de viaje. Llegamos a las 7.30, un poco antes que Fernando, quien sería nuestro piloto esta vez (con perdón de Javier, esto fue casualidad pero la verdad que me parecía más interesante volar con Fernando, porque de él había leido ya unas cuantas cosas en internet). El soporte de tierra lo ofreció Antonio.
El globo tiene capacidad para 5 personas, incluyendo al piloto, fuimos Curro y yo y además otra pareja, Montse y Carlos, a quienes les habían dado el viaje como regalo de recién casados.
Fernando y Antonio empezaron a sacar las cosas: la cesta, el quemador, el globo... ¡qué grande era! :D
Me llamó mucho la atención la simplicidad del montaje: primero la armazón de la cesta que soporta el quemador, se colocan, amarradas a las esquinas, las 4 bombonas de gas; la cesta se voltea de forma que queda de lado, se le amarra el globo y con un ventilador se empieza a inflar. Se infla bastante rápido en realidad, en relación al tamaño que tiene. En el horizonte el sol ya se ha levantado y se ve otro globo, amarillo, que ya despegó. Nos explica Fernando que se trata de Laureano, que suele despegar un poco antes del amanecer.
Cuando el globo está ya listo, se va elevando por sí solo y Fernando, dentro de la cesta, se encarga de hacer que la misma se ponga en pie: ¡ya está todo listo para despegar! ¡Sólo falta que nos metamos!
Soy la primera en subir, en dos de las caras de la cesta hay agujeros a modo de escalera, donde metes los pies para subir, una vez en el borde, hay que saltar adentro. Subieron los demás y quedó de último Curro... ¡que se quedó trabado! ¡Menudo lio se hizo! :D
Aquí el video del montaje del globo:
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