lunes, 23 de noviembre de 2009

Almenara de Catalucia: ¡Donde el placer se hace comida!

Este fin de semana tuvimos que ir con Curro a Tomares (Sevilla) por un asunto familiar. Decidimos ir en coche, un viaje de 4 días, del que ya comentaré un poco más en otro post, haciendo parada en Mérida para por fin conocerla un poco y aprovechar a visitar a nuestra amiga Marián, a quien conocemos por el Scrabble.

A veces las cosas pasan, sin lugar a dudas, de formas tan inauditas, que hay que vivirlas para creerlas, esta fue una de esas veces.

Resulta que salimos jueves 19 por la mañana, desde Madrid, claro, yo quería pasar a desayunar a un VIPS (ya sabes de mi debilidad por los desayunos) :D pero primero, costó encontrarlo (¡y eso que lo conocía!) ;P luego no había dónde dejar el coche y en realidad, no era caso de dejarlo a zapotocientos kilómetros de distancia, con maletas adentro, ya se nos hacía tarde… bbuuueeee… ya tomaríamos algo por el camino.

Por recomendación del GPS de mi iphone, salía que la mejor vía para ir a Mérida era por la M40 y luego la R5… sí, en autovía de pago, que 80 céntimos me super valen la pena para lo que se ahorra de tiempo ¡y la gozada que es ir con tan poco tráfico! (Así que ni se me ocurre empezar a recomendar el tomar las carreteras de pago, ¡que si no se llenarán tanto como las normales!) ;PP

Estando en la R5 decidimos parar a desayunar en donde marcaba la primera señal de la carretera… pero la cafetería estaba aún en construcción. Lo dejamos para el segundo lugar que marcaba la señal de la carretera… ¡tampoco había nada aún! Así que finalmente fue en el primer lugar al salir de la R5, en la salida 36 de la carretera a Extremadura…había un par de lugares a dónde ir, pero uno se veía más bonito que el otro, entramos allí.

¡Me encantó la decoración de la parte de la entrada! Allí hay un pequeño bar, para desayunar o picar y beber algo. Pedimos cafés y unos montaditos. En principio hasta allí todo bien, nada del otro mundo, tampoco fue que pidiéramos algo con lo que nos pudieran deslumbrar.



El detalle estuvo en que luego de pasarnos los montaditos, nos pasaron un plato con un poco de ropa vieja… “un aperitivo” nos dijo la chica… con la buena pinta que tenía, ¡como para despreciarlo! Y… ¡fue entonces cuando empezó la magia! ¡¡QUÉ DELICIA!! Se lo dijimos a la chica, quien se limitó a asentir y agradecer, pero cerca estaba el dueño y la verdad no consigo recordar cómo fue, pero ya sabes, de esos momentos que una cosa lleva a la otra y… ¡pronto estábamos admirando la maravillosa cocina de leña que tiene montada en el restaurante! Todo, la cocina, el horno, la parrilla, todo, con leña de encina. Luego nos mostró el salón del restaurante, ¡una preciosidad! ¡Hay que ver lo que se nota cuando se decora con mimo un lugar!

Nos fuimos pensando en el regreso… y ya en el viaje decidimos que sería un buen lugar para pasar a comer al regreso, el domingo. Llamamos para hacer reservación: no tienen demasiadas mesas, es cocina tradicional española y cocinada a leña, así que necesita su tiempo, no es posible atender muchas mesas al mismo tiempo así, con lo que don Willy ha preferido dejar sólo las mesas que puede atender bien y por ello es mejor hacer reserva.

La verdad que fue toda una experiencia, nuevamente nos pasaron un aperitivo, esta vez unos judiones que ¡se deshacían en la boca! También comimos un queso provolone de entrada, ¡fantástico! Luego un arroz con bogavante… ¡hay que ver! ¡aún en los platos que ya parecen inmejorables el toque de la leña, el mimo en la preparación y el darle su tiempo a la misma, consiguen el milagro!



Nos fuimos con la sensación de que aún nos queda mucha tarea pendiente… ¡hay mucho que probar aún en Almenara! :D La pena es que no nos queda precisamente a la vuelta de la esquina, pero bueno, la verdad que un lugar así en pleno centro de Madrid saldría a precio de oro y no es que no lo valdría, pero también nos sorprendió el precio.

Nos decían por allí que en realidad los mejores lugares no son los que nos recomiendan sino los que un@ mism@ descubre… que además lo mejor es no recomendar los favoritos porque sino luego se llenan, suben los precios, bajan la calidad, ¡quéséyo! El caso es que don Willy lleva ya 7 años ofreciendo maravillas al paladar y eso es algo que yo tenía que recomendar.

Le decía a Curro que es increíble lo que mejora el sabor de la comida el detalle de hacerlo en cocina de leña, que si así comían nuestros antepasados no sé yo muy bien si hemos salido ganando , es más, apostaría que perdiendo, con el cambio… pero bueno, me decía él que ya no hay tiempo para tardar tanto en la cocina y yo misma le decía que además no se tenía tanto producto fresco a disposición… ¡ya sabes! ¡Aquí el que no se consuela… ¡ ;P

Dirección: Carretera a Extremadura, salida 36, vía de servicio. Avenida Madrid 2, Urbanización Calypo, 45950, Casarubios del Monte Toledo. Teléfono: +34 918139129 - +34 918132488

¡Y pensar de lo que nos habríamos perdido si las estaciones de servicio de la R5 hubieran tenido ya las cafeterías funcionando! (Y si hubiéramos encontrado parking en el VIPS... o si no hubiéramos tenido que ir a Tomares...) ;)

6 comentarios:

  1. Es uno de los mejores restaurantes donde he comido, soy de Mallorca y a veces cojo el avion para pasar un par de dias y comer ahí que es una gozada.
    Saludos a todos aquellos que buscan lo mejor sin que nos claven de mala manera

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  2. vaya! y yo que me creía exagerada por ir desde Madrid! ;P

    Gracias por tu comentario!

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  3. Hola soy petri conozco este restaurate desde hace ya unos años y ademas de deciros que se come muy bien os dire en honor al señor wilian que es el dueño que cuando se cocina con tanto amor a su trabajo y con tanta ilusion para que el cliente se quede satisfecho no tienes mas remedio que volver
    Un sobresaliente para sus arrozes

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  4. Gracias por tu comentario Petri! veré de decirle a Willy lo que comentas! :D

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  5. simplemente delicioso!!!
    Calidad de primera.
    Gracias.Volveré seguro!!

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