Sí, yo sé... ¡parece que ha pasado ya una eternidad de esto! Y sí, habría querido poner este post mucho antes, pero ¡ya se ve que este año he estado "disfrutando de la vida" más de lo normal! ;P Y eso, los temas de los que escribir se agolpan y cuando siento, ha pasado tiempo y yo me he dejado en el tintero más de lo que habría querido. ¡En fin! (¿Será que con las nuevas tecnologías en vez de decir "dejar en el tintero" habría que decir "dejar en el teclado"?) ;PPues eso, que en medio de la locura que fue para mí este año la fiesta del mundial de futbol, vino de visita mi buena amiga Valeska Lugo, de Venezuela, excelente jugadora de Scrabble. Hemos compartido con ella buenos ratos de parranda en los mundiales de Scrabble, así que me hacía una ilusión especial recibirla en casa.
Menos mal que como buena latinoamericana, Valeska también es una apasionada del mundial y no quisimos perdernos ninguno de los partidos. Justo en los días que estuvo en Madrid (5 en total), se jugaba este partido, el de Brasil - Holanda, donde todos creímos que los brasileños harían bailar la samba de los goles a los holandeses, pero luego pasó que fueron los holandeses los que quitaron las ganas de bailar a los brasileños... ¡en fin! (¡Ojo! ¡No sé yo si nos hicieron un favor! ¡Que una final España - Brasil posiblemente habría acabado con un resultado diferente a lo que fue el España - Holanda!).
Emocionada con la bonita experiencia que fue ver el partido de Italia - Paraguay en el Grazzie Mille, se me ocurrió que precisamente un partido de Brasil debía ser genial verlo entre brasileños. Costó encontrar el lugar, debo decir, pero luego de incluso consultar en la misma embajada brasileña, la Casa do Brasil en Madrid, se vislumbró como el mejor lugar para ver este partido.
Por cuestiones de horario, me tocó hacer dos viajes (sí, tenía coche ese día). Primero llevé a Sil y a Valeska, con la presunción de que apartaran lugar y desde afuera se "respiraba" lo genial que iba a estar la experiencia... y subrayo ese se "respiraba" porque ¡menudo olorcito delicioso a carne asándose a la brasa que había! :D
Cuando llegamos con Curro, ya había empezado el primer tiempo y costó encontrar dónde aparcar, pero hicimos lo que hace Vicente, lo que hace la gente, y dejamos el coche sobre la acera cerca de la entrada.
Ya al ir entrando, la emoción se apoderó de mí, ¡el ambiente era genial! :D
Ellas no habían podido apartar mesa y tocó sentarse en la grama, pero yo diría que esto hizo que la experiencia fuera más cercana.
Durante el primer tiempo, la fiesta fue genial. Habían puesto pantallas gigantes en diversos rincones y la gente se animaba con tambores de fiesta brasileña.
En el medio tiempo la fiesta fue aún mayor, aún iba ganando Brasil 1 - 0 y la verdad que todos en Casa do Brasil celebrábamos lo que esperábamos sería un triunfo brasileño. El Novillo de Plata se había encargado del catering y a precios de "melollevotodo" con lo que comimos bastante bien, disfrutando de la fiesta brasileña.
Empezó el segundo tiempo y un gol de Holanda hizo efecto en el público, pero bueno, era sólo un empate, no pasaba nada... poco después el segundo gol de Holanda y muchos fallidos intentos brasileños ya dejaban ver una total incredulidad en las caras (creo que en la mía más que en algunas otras). Aún así, los tambores siguieron animando.
Y nada, se llegó el final y la sensación de "peroquépasóaquí" y de "estonoseloesperabannilosholandeses" se apoderó de mi grupo. En cambio, los brasileños... bueno, sí, habían perdido, a algun@ se le saltaron las lagrimas... pero apagaron de inmediato la tele y pusieron la música a tope... ¡y a seguir la fiesta! :D
¡Y sí! ¡Yo diría que dentro de toda la mezcla que llevo en mi sangre, debe haber una buena partte brasileña que aún nadie me ha querido decir! ;P
