Mostrando entradas con la etiqueta Ernesto Senestrani. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ernesto Senestrani. Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de agosto de 2013

Torneo troglodita, tercera parte.

¡Vale! Estaba buscando fotos de la noche del torneo entre las puestas en Facebook por los otros prehistóricos presentes y encontré otra parte de lo que entretuvo a Curro para no tomar fotos mientras jugábamos las partidas de la tarde:

Foto de Ginés. 
¡Si es que en estos tiempos siempre hay un "yo lo ví" con la foto de prueba en Facebook! ;)

Llegó pues la noche del sábado troglodita. Algunos esperando premios, otros esperando cosas más prosaicas como el bisonte ofrecido por Ernesto y otros esperando más bien la bebida. Algunos esperando una combinación de las anteriores. ;)

Empezó Ernesto a hacer el fuego. 


¿Has visto la foto de un niño cuando ve los regalos de Navidad y adivina maravillado la posibilidad de un juguete ansiado? ¡Esa era la expresión en la cara de Curro! :)


Tuvimos la suerte de que la madre de Patxi estuviera cerca y se nos uniera para la cena. Lamentablemente no hay fotos... se ve que Curro una vez vio el fuego ya no pudo pensar en más que la carne por unas cuantas horas y yo no me di cuenta, que lo suyo habría sido que me pusiera con la cámara yo, lo sé. 

Se realizó la original premiación, con un juego prehistórico a quien recibió el mayor chaparrón, con un hueso de brontosaurio para el tercer lugar, un garrote para el segundo y un dinosaurio para el primero. 


Luego de un rato la comida ya estaba lista y nos pusimos manos a la obra. 

De que no hayan fotos de esta parte de la jornada, también me sirve de excusa el que hice un guacamol para acompañar la carne y Curro me ayudó a exprimir limones. Aprovecho a comentar lo que es el guacamol y por qué es diferente del guacamole, te dejo también la receta del mismo

El guacamole es un plato mexicano que lleva aguacate, cebolla, tomate, sal y limón. El guacamol es un plato guatemalteco que lleva aguacate, orégano, sal y limón. Sí, ambos usan la base del puré de aguacate aliñado con sal y limón, pero hasta allí. Ambos se pueden usar como acompañantes de muchas comidas o simplemente servir como entrante acompañado de totopos, nachos o tortillas de maíz. Normalmente a la gente a la que preparo el guacamol queda encantada con el descubrimiento, independientemente de su nacionalidad. Y claro, el único tema de que en vez de llamarle guacamol se le llame guacamole es que me chirría como a un gallego le chirriaría que le llamen crepes a sus filloas o a un murciano que le llamen buñuelos a sus paparajotes. (A ver si así nos vamos entendiendo). Pero vale, tú llámale como quieras, mientras te guste, ya estoy contenta. :)

Pues eso, preparé un guacamol y me había llevado los aguacates desde Madrid, porque tiene que hacerse con aguacate muy maduro pero que no esté pasado, claro, y eso no es fácil de encontrar así que preferí no arriesgarme a que no hubieran por allá. Pasa que igualmente, imagino que por el calor de haber estado tantas horas en el maletero, se pasaron 2 y otro estaba mitad, mitad. Como sea salió una cantidad medianamente suficiente para todos. He de decir que no me quedó como a mí me gusta. El aguacate no era del tipo que tenía que ser, este era de los fibrosos que tienen como hilos mezclados con la carne del aguacate (pitas diríamos en Guate), le quité las posibles, pero es que el sabor del aguacate no es el ideal para guacamol. Igualmente y gracias al desconocimiento general del mismo, parece que les gustó. :)

Ernesto comenzó a sacar chorizos ya hechos y a ofrecerlos con pedazos de pan pintados con chimichurri. Yo inmediatamente vi la trampa oculta en el hecho y no me dejé embaucar aunque se veía delicioso. ¡Es que claro! ¡Te llenas a pan con chimichurri antes de que esté la carne! (Ves Ernesto, eso te pasa por no pagar mi silencio) ;) jejejejeje. También se pasaron más viandas, como una buenísima tortilla de patata hecha por la madre de los Mula Tebán. 

Comimos en plan tranquilo y primitivo. Ernesto sacaba la carne de las brasas, la cortaba y los más avezados que se daban cuenta del momento, sigilosamente y como quien no quiere la cosa, se apresuraban a tomar carne, chorizos, pollo, pan y chimichurri a discreción. Lo mejor de este sistema es que ¡luego no hay muchos platos ni cubiertos para lavar! :)

En un momento determinado me di cuenta de que Ernesto estaba consintiendo de forma especial a Curro, llamándolo antes de terminar de partir la carne incluso. Creo que pocas veces he visto a Curro en momentos de tal éxtasis en los 17 años que llevamos juntos. Y por si no sabes qué quiero decir, te transcribo el significado de la palabra según el DRAE: 


Así que ante tal escenario, mejor fui a advertirle a Ernesto que como siguiera así, Curro pararía pidiéndole matrimonio. ;P ;)

Lamentablemente, insisto, no hay fotos del momento mágico de parrillada, bebidas, buena compañía y lugar genial que hubo... nos conformaremos con algunas del después, pero esto es ya cuando se habían marchado los que no dormían allí, luego del streaptease de Patxi, la danza de los 7 velos de Teresa, Montse, Isabel y Ma. Angeles y el poema de amor recitado por Crapu. ¿Cómo? ¿Que esto último no ocurrió? ¡A ver! ¿Dónde hay fotos en Facebook que demuestren que no ocurrió? ;) ;P


A la mañana siguiente partimos de madrugada (sobre las 10 de la mañana) rumbo a Madriz, pero haciendo ruta para conocer más maravillas de tierras murcianas sugeridas por Crapu. Eso ya será parte de otra historia.

¡Eso sí! He de agradecer de nuevo el buen hacer y maravillosa hospitalidad de la familia Mula Tebán más parejas, hijos, tíos, primos y demás agregados. Muy en especial a la madre de Crapu que estuvo siempre al pie del cañón, que si lavando trastos, que si haciendo tortillas de patatas, que si a ver si hay bebidas suficientes, que si dando los trucos de su tortilla... ¡un tesoro de mujer! 

¡¡MUUUUCHAS GRACIAS POR TODO!!

viernes, 23 de agosto de 2013

Torneo Troglodita, segunda parte.

Aquí puedes ver la primera parte. 

Amanecimos pues el sábado en la caravana, tomamos nuestras cosas y nos dispusimos a ir a la cola de la ducha, pero ya no había, así que ya directos. Desayunito de pan tostado untado con aceite y tomate más un delicioso capuchino preparado por Ma. Angeles, que, me da a mí, que aunque los compre de la misma marca, no me volverán a saber igual en la vida. 

Empezaron a llegar los jugadores que faltaban, Vanessa con Patxi y Montse, Ernesto con la carne, el pollo y los chorizos (para algunos esos 3 últimos los más importantes que estuvieran... ¿Eh, Curro?) ;), José Vicente Gil con Graciela Dalmas (¡gustazo de veros a ambos! A José Vicente igual tenía así como 3 años de no verlo), Pablo que también tenía rato de no verlo, también fue agradable conocer a un nuevo adepto: Ginés. El caso es que ya estábamos todos y aunque no nos dimos mucha prisa, el área de juego estaba arreglada, Patxi ya tenía listos los emparejamientos, Curro con cámara en trípode... ¡y faltaba Teresa! Había tenido que ir a comprar algo de urgencia y la primera en llegar resultó ser la última en aparecer en la primera partida... ¡pero! ¡Con lo relajaditos que estábamos todos! ¡No pasa naaadaa! :)

Siguiendo el estilo troglodita, así se numeraron las mesas:



Me tocó jugar con Graciela, honestamente, una de esas partidas donde me salió todo: los dos comodines, todas las gordas, además pudiéndolas poner haciendo muchos puntos, vamos, con toda la suerte a mi favor. 



En la segunda ronda me tocó con Crapu, partida emocionante que terminé ganando. 


La tercera ronda me tocó con Patxi, que desde el inicio hizo alarde de las palabras que ha estado estudiando y me pasé la partida básicamente impugnándole una sí, otra también. Empezó con mucha fuerza y yo sin poder responderle a la altura. Conseguí remontar y tener un final emocionante, alcanzándole con un scrabble final mío al que él respondió con un ZENES de más de 60 puntos que me dejó frita. 


¿Qué hacía Curro mientras jugábamos y ya no veía más fotos para tomarnos?


Llegamos al tiempo de descanso y mientras Crápula y la familia Mula Tebán más cónyuges y agregados se encargaban de la preparación de la comida, unos pocos: Montse, Vanessa, Ernesto, Curro y yo fuimos al Salto del Usero, guiados por Willi. ¡Decididamente precioso! :)

Para llegar al río hay que bajar un barranco, pero está perfectamente acondicionado para ello. Ya estando allí, Sólo Curro y yo nos metimos, el agua estaba congelada lo cual venía muy bien porque había calor. Igualmente me costó lo suyo meterme mientras que Curro se metió de un solo. ¡Cada quien con su sistema! :)

Divido esta parte del río en 3: una primera poza con espacio suficiente como para llevar toalla y tomar el sol allí un buen rato. Incluso vimos gente con una mesa y sus sillas plegables.

Agranda la foto y verás perfectamente el detalle del lugar. :)
¿Ves que en la "parte de arriba" de la poza hay una parte donde la roca de un lado se une mucho a la pared del otro? Bien, pues por allí se puede pasar nadando, aunque con mucho cuidado con las rocas por todos lados incluyendo el fondo. 


Aquí lo ves mejor:


Pues por allí llegas a la segunda poza. Vale, sí, también podrías llegar caminando, bordeando la roca de la izquierda de la foto... ¡pero lo alegre es hacerlo nadando! :)


Luego de esa segunda poza hay una parte de pequeñas cascadas y entonces ya viene la poza grande donde ves el salto del Usero.



Yo quise llegar hasta allí, lo más cerca de la cascada posible. ¡Así lo hice! ¡Una pasada! Una gran mezcla de energía y relax a la vez.

No pudimos estar mucho tiempo porque... ¡la paella nos esperaba! :) :) :) Al ir regresando, nos encontramos a unas modelos haciendo sesión de fotos por el camino... ¡Así que decidí sumármeles! ;)


Llegamos ¡justo a tiempo! Mesa puesta, paella lista, ¡hasta la gente sentada! :) La paella fue orquestada por Crapu... ¡se lució! ¡Le quedó perfecta!

Imágenes de Isabel.


Imágenes de Isabel. 
Luego de tan suculenta paella, Willi comenzó a pasar melón y sandía que estaban exquisitos. Pensando que no habría más postre, comí lo que quise... ¡y entonces pasaron los paparajotes! Una especialidad murciana que está buenísima. ¡Ay Dios! ¡Cómo nos pusimos!

Nos dimos un ratito para descansar... no sé muy bien de qué, pero descansar y luego seguimos con las últimas 3 partidas de las que resumo que con Montse y Vanessa tuve finales medianamente igualados pero perdí igualmente, con Vanessa descubrí que la combinación de letras LITRADO no tiene Scrabble a menos que agregues una letra y esa no puede ser la O al inicio. La partida con Ginés la tenía dominada hasta que me metió un Scrabble en un momento en que no tenía forma adecuada de responder y me la paró ganando.



Ya se ve que Curro no se dio cuenta de cuándo terminamos de descansar, porque él siguió a lo suyo y no tomó fotos de las últimas partidas. ;)


(Continuará).

martes, 11 de mayo de 2010

Más últimos comentarios del Campeonato Nacional de Scrabble, España 2010.

Sí, yo sé, había dicho que ya había puesto los últimos comentarios del nacional… ¡pero! ¡Es que lo que os voy a poner aquí no era para dejarlo en el tintero! :D

Revisando algunas cosas, me extraño ver que al final Neme ganó a Ernesto. Y digo que me extrañó porque cuando yo me acerqué a ver, como puse en el comentario al respecto del post “Segundo día del campeonato…” Ernesto iba ganando y no vi que Neme tuviera muy buenas letras. Así que le pregunté a Ernesto y me contó que: “me ganó en la última jugada, me clavo PERUANO, y yo con muy poco tiempo, no me dio tiempo a pensar buenas jugadas, conté mal las letras, me pone una A, y yo le dije, q de donde la había sacado, jejejejejejejeje. Me dio bronca haber contado mal, es más, en cuanto puso su palabra en el tablero, le dije que se la rechazaba, jejejejjeje, es que ¡¡¡¡¡en serio!!!!!! En cuanto colocó, sin leer, dije IMPUGNO, jejjejejejeje ya que para mí no podía enlazar, pero cuando me dice ¿CANA, vas a impugnar? jejejejje, ¡¡¡Me quedé con cara de boludo!!! Ahí fue cuando le pregunté de dónde había sacado esa A jejejejeje.” Pero fue una bonita partida ¡al igual que la de Joan Lázaro! Pero bueno, me toco perder ;)

Patxi me envió esto de su dedo y teclado, ¡no tiene desperdicio!:

LA MALDITA “SALIDA CZARDAS*”
Aún unos días después de acabado el Nacional, andaba dándole vueltas a esa traición de primer atril de mi última partida. A punto estaba de abrir el correo para compartirlo con mi apreciado Enric, no en vano bicampeón mundial y rey de las “salidas UCHU y DIJES” y que, de buena tinta sé, sabría paladear este caramelo e incluso darme una segunda y hasta tercera opinión. En éstas que mi querida Igotita me pide alguna anécdota nacionalina para su variopinto blog y, claro, ¡cómo no!, qué mejor que contar todo lo que se me pasó por la cabeza en el momento de manejar aquellas siete fichas, en apariencia tan sumamente bondadosas, pero en el fondo tan envenenadas. Pero, ¿de qué forma encajar esto en un blog que lleva por nombre “Disfrutando de la vida” y en el que la ludoreportera –hay que verla correr, entre rondas, de la mesa de juego al portátil y otra vez a la mesa de juego sin apenas descanso- toca todo aquello que de placentero se va pudiendo llevar en su mochila? Y, por supuesto, claro que puede tener cabida –espero que ella esté de acuerdo-, ya que, si este juego que nos enloquece es realmente mucho más que una mera sucesión de palabras jugadas para obtener puntajes, creo que éste podría ser un gran ejemplo de mucha de la sustancia lúdica, intelectual y casi espiritual que podemos llegar a sacarle a esta pasión.

Así pintaba el cuadro: última ronda del nacional y llegamos a empujones por el primer puesto “el gigante de Flandes” y “el pulpo del Mar Menor” (o “la gota malaya” como dicen también por ahí). En mesa dos, Álvaro, “el wonderboy del Guadalquivir”, tiene la incómoda misión de contribuir a que el título nacional no vaya a manos de un francés –de todos es sabido que es asunto de Estado y más cuando se trata de un hijo de nuestra vecina norpirenaica-, mientras en mesa uno la debutante gallegoinsular María Iglesias -¿alguien le encontró ya apodo?- venía rompiendo pronósticos con 8 de 13 más un BYE y de comerse en ronda anterior a “el Maestro” –y todo eso sin siquiera contar fichas. Ya contaba con jugar la partida con el cuchillo entre los dientes, sin relajación ni presunción de superioridad, desde el minuto uno hasta el 90 –si lo hubiera- y la verdad es que la bondad de mis primeros atriles me permitió tomar distancia y marcar cerrojazo haciendo un poco más cómoda la partida, pero la sensación que en todo momento me transmitió la que a la postre saldría de la plaza con las dos orejas –mejor debutante y sub-1800- fue de continuo peligro.

Y hete aquí ya con el primer atril, ese envenenado AADRSZ*, que puede parecer el sueño de todo atrilófilo pero que tanta faena me daría. Y no diría que sacara una jugada maestra, más bien al contrario, con lo que considero dos errores consecutivos, pero la verdad es que nunca estuve más orgulloso de poder relatar así un par de errores. Tic-tac, tic-tac, comienza el tiempo a correr y para todo esto dio mi pensamiento en más o menos cinco minutos.

Zeta y blanca, dos bombazos en el atril a los que hay que sacar un buen partido y, si no se puede, guardar el comodín para el siguiente turno, pues de otra forma tal vez sería un desperdicio. Está bien, la zeta al doble y 102 puntos a la buchaca. Pero, ¡ah!, si salimos con un RAZADOS, RAZADAS o ROZADAS, con una T nos puede destrozar sumando triple y triple. Con REZADAS necesitará una F o una B, más improbable, pero nos puede hacer un roto igual... ¿y rezar será transitivo o sólo cuestión de fe? Con RIZADAS aún peor; le vale la T pero también la E. ¿Valdrá RAZUDAS? No pinta bien arriesgarse así. Probemos con el otro doble: ADREZAS, ADRIZAS... Nanai de la china, nos mata con la E. ¿Se me escapará algún otro anagrama? Tic-tac, tic-tac.

Bueno, está bien, no consigo sacarlo. ¿Cuánto da llevar la D al doble? Hum... sólo 86 puntos. Sí, ya lo sé, la diferencia respecto a la otra opción son sólo 16 puntos y ya sé que muchos de vosotros –tal vez yo mismo en otro momento o lugar- lo daríais por bueno, pero qué dolor deshacerse de zeta y, sobre todo, de blanca, a la que tal vez con no mucha suerte pueda sacarle mucho más partido. Tic-tac, tic-tac.

¿Qué hago, qué hago? En la más exterior de las apariencias, completamente relajado, jugando tranquilo, el pulso y la respiración pausados. Pero por dentro, un tira y afloja entre demonio y angelito: “¡guarda la blanca!”, “¡juega por 102!”, “sé más prudente!”. Y entonces lo vi. Justo cuando estaba a punto de jugar un ZA por 22, se me apareció ese CZARDAS* que no sé de qué oscuro rincón de mi desván léxico salió. No había duda, ¡a por el CZARDAS*! Tic-tac, tic-tac.

Pero entonces, mientras colocaba una a una las fichas, pausadamente, otro torrente de pensamientos me asaltó. ¿Admite el plural? Hum... me temo que no. ¿Una palabra con esa extraña construcción con C-Z? Aún estás a tiempo de cambiar las fichas de orden y optar por el 102 o el 86. Claro, que también... si esta chica juega en Rede, es fácil que alguna vez le hayan puesto la combinación y que le suene tan bien que no la impugne, o que, incluso, obnubilada como yo por la belleza del palabro, no se plantee el rechazo. ¿Y quién te dice que, como recién llegada a las primeras mesas no deja de impugnar porque no se la tache de novata, que no le pueda el afán de parecer que conoce palabros –no en vano después me dio por buena un buen AUTÁN-? Pero, claro, como no la conozca, coge la papeleta de impugnación seguro.

-CZARDAS*, una C.


Y el bolígrafo a la planilla rápidamente, para anotar y sumar, con buena cara de póquer. Tic-tac, tic-tac.


-¿Qué letra dijiste?
-Una C.
-¡¿Una C?!


Ay, Madre de Dios... ¡Estás muerto!

Tic-tac, tic-tac. La planilla tardó un siglo en volver de la mesa de jueces y me costó un buen trago de saliva aceptar la implacable sentencia con la misma cara de póquer con que la coloqué, no sin antes pedir el alegato... ¡cómo no!. Y mantener esa cara de póquer mientras la retiraba –¡ay, pobre... cara de póquer... si ya has mostrado todas tus cartas!. Mal empezaba esa decisiva partida. Lo que siguió después fue un cambio de ella y un ZA mío por 22, probablemente mi segundo error. Porque aunque el ZA ya me pareció bueno en tanto que hay un millón de palabras que empiezan o terminan en tan bonito par de letras y, aunque ADRS* es un buen resto de atril, tal vez un resto ADR* -jugando SAZ- me habría dejado más opciones, además de ofrecerme la línea del ASAZ para el turno siguiente.


Tic-tac, tic-tac... mis siguientes atriles fueron benévolos con mi error inicial y me permitieron tomar buena ventaja y luego cerrar como un marrano hasta el final, para impedir que la canaria desplegara el talento que se podía intuir detrás de cada una de sus jugadas.

Pero la verdad es que realmente esos cinco minutos, errores incluidos, fueron de los mejores que pude disfrutar en este último nacional. ¿Y tú, qué habrías jugado? Tic-tac, tic-tac.

N del J.: * El asterisco junto a CZARDAS indica que la palabra es inválida para el juego. Y yo me pregunto, el hecho de que como palabra extranjera no pueda jugarse en plural, ¿significará que mientras un húngaro puede bailar una y otra czarda sin parar, un hispanohablante se tiene que conformar con un solo baile?

Esto nos lo mandó Tavi por mail, pero me pareció tan genial que le pregunté si lo podía compartir con el resto del mundo :D Previo a leerlo, debo hacer una aclaración o mejor dicho, presentar a Tavi como es debido. Yo siempre he dicho que el mundo del Scrabble está plagado por geniecitos… bueno, también he dicho que todos los del Scrabble somos, algunos más, otros menos, algunos de una forma, otros de otra… “raritos” ;P Tavi es un buen exponente de lo primero (vaaaaleeee, luego de leer su escrito dirás que ¡también de lo segundo! ¡Pero eso te lo digo para que lo digas tú mism@!) :P

El caso, que Tavi es un geniecito de los lenguajes. Siendo rumano, habla perfectamente castellano, sabe también inglés, francés, ruso, catalán y ahora mismo no me acuerdo qué más… ¡súmale a esto no sé cuántos lenguajes de programación! :D

Si ya sólo con esto Tavi despertó tu admiración…. ¡es que no le has oído hablar! Yo no sé cómo lo consigue el tío, pero a cada frase que te dice le puedes sacar segundas, terceras y ¡hasta cuartas intenciones! Juega con el idioma de tal forma que te dice una palabra con diversas interpretaciones… por dar un ejemplo, una palabra normalita como “canta” y en el contexto que te la dice, puedes interpretar la frase de formas tan diferentes que hay que tener mucho cuidado con lo que le respondes. ¡Eso cuando consigues entenderle! ¡Ya más de algún dolor de cabeza me ha conseguido tener una conversación con él!

Vale, luego de ese preámbulo, creo que ya estás list@ para leer su relato (bueno, listo… ¡no sé yo si se puede estar list@ alguna vez para los relatos de Tavi! Pero al menos ¡avisad@!) ;P

La otra velación


Me acaban de contar que el fin de semana pasado se jugó el Nacional de Escarpelo. Hay que ver qué cosas más raras ocurren en este mundo. No sé vosotros, pero yo estuve en Sevilla. Fue la primera vez. Tras las otras 6. Pero siempre es como si fuera la primera. Llego al aeropuerto y no sé cómo seguir adelante. Cojo el autobús y luego me apeo en un descampado. Cuando pregunto cómo seguir hasta las tres Anas, me piden 2 euros por la información. Digo que soy transilvano y entonces se espantan y huyen.


A diferencia de las otras veces, en esa ocasión me pasó algo raro. Aunque a decir verdad, siempre me pasa algo raro. Pero no, no, ahora fue raro raro, y no es una repetición gratuita. Tampoco vale 2 euros. No sé cómo decíroslo, fue como una revelación, y eso que al principio no estaba seguro de si era una rebelación. O una revelación. O las dos.


Claro, pensaréis, debe de ser lo del estadio. Eso os lo tengo que explicar. Me alojé cerca del estadio. De un estadio. El caso es que no me acuerdo del cuál. Me dijeron que en Sevilla todo tiene pareja, como los ríos Guadal y Quivir. Incluso hay una ciudad llamada Sevilla y otra Betis. No hay excepciones. Qué bien, pensé, mira, ahora puedo ver incluso los partidos de fútbol. Y ¿sabéis qué? Gracias al estadio no me perdí. A eso tengo que añedir que en el barrio colindante es muy fácil perderte. Me perdí varias veces. La primera igual que la segunda. Sin embargo, gracias al estadio, siempre llegaba a buen puerto. Al del Guadal. Pongamos el último día. Estaba dando ya la quinta vuelta al pino de ese parque con nombre poético cuando de pronto vi una turbamulta. El partido había concluido. ¿No adivináis lo que hice? Fui en la dirección contraria. Genial.


Pero creo no fue esa la revelación. No, no. Porque todavía no os dije por qué estuve en Sevilla. Es que hay cierta gente muy extraña - ¡de verdad! - de esa clase a que vosotros y yo nunca nos acercaríamos - aunque fuese sólo por preguntar quién ganó el domingo - que juega (es un decir, yo no me lo creería ni muerto) al Scrabble. Qué nombre más escalofriante. No sé, es como si dijera Nosferatu. A ver, pensé, a ver qué tipo de rito satánico es ese. Hice de mis intestinos corazón (me costó un huevo y ahora me queda sólo el izquierdo) y lo vi. Es de lo más curioso. A veces se juntan, y entonces se llama Duplicada. A veces se ponen conservadores, y entonces se llama Clásica. Ya os decía yo que son muy extraños.


Pero creo que no fue esa la revelación. No, no. Porque todavía no os dije a quién conocí allí. La verdad es que aunque os dijera sus nombres, poco os importaría. Total, que no os los voy a decir. Pues conocí al mejor clásico en vida, que es más vivo que una Chispa sin ese, y al máximo duplicadero viviente que es más rápido que una Bala con i. Y quedé pasmado. ¡Qué suerte que tenía!


Pero creo que no fue esa la revelación. No, no. Porque todavía no os dije qué hice allí. Y estoy avergonzado. Muy mucho. Vale, no soy el que pensabais. Soy un pusilánime cobarde. Sí, no pude resistirlo ni pude resistirme. Jugué. Eso, me desvirtué del todo. De las últimas reminiscencias de dignidad que me quedaban. Y ya no me queda nada. Tendríais que saber que esos utilizan lo que llaman un tablero, que es una especie de petrel o de gaviota, encima del cual colocan fichas - que también se llaman pícaros o bribones. Utilizan igualmente atriles que son una suerte de mueble inclinado.


Hasta esa ronda todo bien. Iba perdiendo y ganando. Pero en esa pésima ronda de pronto algo cambió, incluyendo la te. Tenía un contrincante delante, pero estaba solo. Jugábamos los dos y no obstante se parecía al frontón. De golpe recordé una imagen (dolorosa) de la infancia, cuando solía escarbarme con programas informáticos y me daba la sensación de que era imposible ganarlos. Porque uno no puede ganar a un programa. Eso está escrito. Claro, te da esperanzas, pero son falsas. Te engaña y luego te aporrea.


A veces me pasa que saco las tres cus de la bolsita, mientras el adversario tiene los tres comodines. Es normal. No hay nada que hacer. Ahora sin embargo era o jogo bonito, 4 scrabbles por cabeza, fichas equilibradas, si yo tenía la uve doble, él tenía la ka y viceversa. Aunque ¿cómo lo diría? siempre me daba la sensación de impotencia. Me acordé de los consejos de mis varios entrenadores: nunca aflojes, piensa, no te enrolles, sosegate... Pero ya no podía más. Jugaba doquiera y jugué doquiera. Qué maravilla. Cuánto arte. Espléndido. Y entonces pasó. No, no pasó, sino jugó. Hizo la mejor jugada. Sin apuntarse nada. Os lo juro. Los ojos se me enturbiaron. La mente se me enturbió. El aire se enturbió. Fui patético. Un poema sin rima. Un cuento sin frases. Perdí. Y entonces me dijo: chaval ¿por qué jugaste ahí y no adoquiera? Tenías todo el tablero para tí, todo el tablero.


Creo que esa fue la verdadera revelación. Ahora sé qué contestar a la próxima encuesta.


t.

Para terminar te dejo con las fotos del “harem de Topo” que nos las tomó Alonso con mi cámara, pero como estaba en modo deportes, ¡tomó de a montón de un solo! :D ¡A ver si encuentras las diferencias! ¡Que no hay ni una que sea igualita a otra!